Los recortes en el gasto del municipio, la Provincia y la Nación le pusieron fin a los cursos y talleres que se dictaban en el centro de ayuda del barrio Las Heras. "No somos los únicos. En todos los barrios de la periferia se está sufriendo esta misma exclusión", advirtió la religiosa.
Los fuertes recortes que están siendo aplicados en el gasto de la Municipalidad y de algunas otras dependencias nacionales y provinciales, provocaron que el Hogar de la Hermana Marta, ubicado en el barrio Las Heras, se quedara sin la posibilidad de seguir ofreciendo los talleres de educación y cultura a los que asistían decenas de niños y adultos discapacitados que diariamente concurren a ese lugar.
“Sabemos que el intendente es un educador por lo que le pedimos que tome conciencia de esto”, comentó la propia hermana Marta, asegurando que hasta ahora los reclamos por la continuidad de estas actividades no tuvieron ninguna respuesta.
“El silencio y la indiferencia duelen más que un golpe o que una palabra abierta”, sostuvo.
El Centro Comunitario Integral Nuestra Señora de Luján, popularmente conocido como el Hogar de la Hermana Marta, se encuentra ubicado en la calle Mac Gaul al 2900, en el corazón de uno de los barrios más humildes de la periferia marplatense.
Allí concurren a diario más de 200 personas que gracias al trabajo de decenas de voluntarios reciben asistencia alimentaria y otro tipo de ayuda social.
En los últimos años, como parte de su servicios, el hogar funcionó como sede del dictado de cursos y talleres diseñados por el municipio, la Provincia y la Nación los cuales, por razones presupuestarias, acaban de dejar de existir.
“En nuestro caso esto afecta a más de 140 chicos”, comentó la religiosa.
Muchos pequeños participaban del programa de la Orquesta Infanto Juvenil de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad, aprendiendo a ejecutar algún instrumento musical como violín o guitarra. También recibían apoyo escolar, participaban de talleres de reciclado o de cursos de pintura, dibujo y cerámica.
Todo eso fue discontinuado, debido a que la comuna resolvió dejar de financiar la tarea de los capacitadores, contratados a través de programas de las áreas de Educación y de Cultura.
De hecho, quienes dictaban estos talleres protestan desde hace varias semanas frente al Palacio Municipal sin obtener ninguna respuesta.
Pero además de quedarse sin los programas municipales, el Hogar de la Hermana Marta también sufrió la pérdida de otras actividades, como los talleres para adultos discapacitados que ofrecían los ministerios de Trabajo y Desarrollo Social de la Nación.
Además se quedó sin el Programa Auditorium, mediante el cual ese teatro ofrecía cursos de formación artística. “Como ciudadana le pido a quien corresponda, ya sea al área de Educación o de Cultura, que el Estado abrace al pueblo, a los que menos posibilidades tienen, porque se están vulnerando los derechos de la población, especialmente de los niños”, reflexionó la hermana Marta.
Según explicó, la pérdida de los cursos y de talleres es algo que se repite en toda la periferia de Mar del Plata, ya que estas actividades también están desapareciendo en otras instituciones de ayuda comunitaria, sociedades de fomento, escuelas o clubes.
“No somos los únicos. En todos los barrios de la periferia se está sufriendo esta misma exclusión”, aseguró.
“Vemos el dolor, el sufrimiento de hermanos que tienen necesidades concretas que no son suntuosas, sino que son la necesidad de recibir educación y la cultura. Los chicos necesitan del abrazo del Estado en todas estas cosas”, agregó la religiosa.